Como cualquier otra persona, usted anhela tener felicidad y soluciones adecuadas a sus problemas.
Asimismo, quiere tener la seguridad de la salvación eterna. Pero para cristalizar sus esperanzas, necesita la certeza absoluta de poseer la verdad y de marchar por el buen camino.
El plan para la salvación de la humanidad perdida se basa en la aceptación por parte del hombre, solamente por fe, de la muerte sustitutiva de Cristo.