a) Escribe una pregunta o un asunto diario que desees contar dirigido a quien quieras que esté en el Cielo o purgatorio en una libreta, en el apartado de notas de esta app, o donde quieras, si se terminan esos asuntos:
+ pregunta: ¿dónde quieres que luche? ¿cómo le puedo ayudar a tal persona para acercarla a Dios? ¿qué me dices?
+ lee o escucha el evangelio de la Misa del día, reflexiones espirituales, oraciones vocales, los salmos, etc. y desconecta de ellos (no de Dios) cuando hayas leído u oído una frase que te toque el corazón o el intelecto y escribe cualquier pregunta o asunto interesante que surja de ahí, de esta forma se asegura el diálogo con Dios al escribir después una respuesta en boca de quien hayas dirigido tu pregunta o asunto, como se menciona en el hábito 4.
-> Pero si no desconectas de la lectura o escucha, es muy difícil oír a Dios en lo que te quiera decir. Haciendo esto convertirás la meditación en oración mental.
-> En cambio, si estás todo el tiempo leyendo, u oyendo, esas reflexiones con frecuencia, el Señor envía mucha menos gracia porque has transformado la oración mental en lectura o escucha meditada.
-> La lectura o escucha meditada están muy bien, pero es preferible dejarlas para otro momento del día, dedicándole al menos 15 minutos, distintos a los 15 minutos o 30 minutos (o 30 minutos en la mañana y 30 minutos en la tarde) que dedicarás exclusivamente a la oración mental.
b) Escribe las respuestas, razonando y poniendo en boca de quien le hayas preguntado la primera idea que se imprima en tu mente. De este modo, mantendrás el recogimiento muchísimo tiempo.
c) Busca poner por obra lo que has recibido en las respuestas, y lograrás ver cambios en tu vida.
d) Se incluyen tips para mejorar tu oración mental, así como textos que toquen tu intelecto o el corazón para iniciar un diálogo con el Señor.
