El palacio de la Aljafería es un edificio milenario fundamental para conocer la historia de Aragón. Ha sido residencia de los reyes musulmanes de la taifa de Saraqusta, de los reyes cristianos del reino y la Corona de Aragón, de los Reyes Católicos; pero también ha sido sede de la Inquisición y cuartel. Desde 1987 es la sede de las Cortes de Aragón. Esta aplicación móvil te guiará a través de sus salas dando detalle de lo que allí puedes observar. Descubre con la aplicación:

- Visita / Itinerario al palacio.
- Recreaciones en Realidad Aumentada.
- Audioguía
- Imágenes y vídeos del monumento


-- Introducción --

La Aljafería es, entre otras cosas, el palacio musulmán histórico más septentrional del mundo. Su complejidad artística supone, por ejemplo, encontrarse con una de las cotas más altas y bellas del arte hispanomusulmán. Pero su legado artístico no queda ahí, la UNESCO declaró en 2001 Patrimonio de la Humanidad el arte mudéjar de Aragón, destacando que el palacio de la Aljafería es uno de los monumentos más representativos de este estilo, que se ha convertido en el símbolo de la arquitectura civil aragonesa y, probablemente, en una de las referencias obligadas de la historia y la cultura españolas.

Nuestros visitantes, cuando acceden al monumento, no solo se encuentran con las hermosas arquerías del palacio islámico, que contrastan con la imponente presencia de la torre del Trovador, la construcción más antigua del palacio, llamada así desde que fue el escenario para el drama romántico que Antonio García Gutiérrez escribió, titulado “El trovador”, sobre el que años después Giuseppe Verdi desarrolló una parte de la ópera Il Trovatore; sino que también los turistas recorren el palacio medieval de los Reyes de Aragón, con los alfarjes que cubren sus salas, o el impresionante Salón del Trono, encargado por los Reyes Católicos, con la espectacular techumbre de madera dorada y policromada.

La Aljafería ha vivido diversos avatares, cambios y etapas. Aún recuerdan muchos aragoneses su condición de cuartel en el siglo XX. Pero concluidos los trabajos de restauración del monumento en 1998, vuelve a ser un edificio vivo y abierto, un referente cultural, que muestra su larga historia y acoge entre sus muros a la institución que representa a todos los aragoneses en su parlamento, las Cortes de Aragón.